A propósito del Día del Periodista…

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En nombre de la crisis económica y de la revolución de internet, los medios aprovecharon y se divorciaron de los periodistas de calidad. Y todo se volvió un caos: los medios huyeron hacia el negocio y la política y los periodistas se están reinventando su lugar en el mundo.

Por: Marco Antonio Rodríguez Reyes
       -Periodista- Machala, Ecuador
Como cada 5 de enero, celebramos el Día del Periodista Ecuatoriano; parte de los actos programados tuvo que ver con el tributo y a la memoria de los colegas que fallecieron en el 2021.
 
A los que se fueron
 
Omar Rincón, profesor asociado de la Universidad de Los Andes, en Bogotá, y director del Centro de Estudios en Periodismo, escribió hace unos pocos años: “El siglo XXI llegó con transformaciones radicales del ecosistema de medios de comunicación y de los modos de hacer periodismo. En nombre de la crisis económica y de la revolución de internet, los medios aprovecharon y se divorciaron de los periodistas de calidad. Y todo se volvió un caos: los medios huyeron hacia el negocio y la política y los periodistas se están reinventando su lugar en el mundo.
 
El asunto prioritario para la democracia es imaginar otro periodismo, y para ello es necesario volver a creer en los periodistas. El periodista militante y el periodista DJ –Development Journalist- (esto último designa al tipo de periodismo que informa siempre con miras a contribuir positivamente al crecimiento de los países en desarrollo), se presentan como dos opciones de los tiempos actuales…”
 
Esto define épocas en el trajinar periodístico y los colegas a los que hoy rendimos justo recordatorio fueron parte protagónica en aquel periodismo de avanzada, erigidos como verdaderos paladines de una actividad que sigue siendo incomprendida y hasta muchas veces empujada al ostracismo. Hoy nos toca avanzar en terreno fértil en una época de cambio en la que no se nos permite claudicar.
 
Ellos: Jenny Portalanza Armas, Milton Serrano Valencia, Eulogio Serrano Cañarte, miembros, socios activos del Colegio de Periodistas y Comunicadores de El Oro, de aquella vieja guardia que forjó el engrandecimiento institucional, sumado a Martho Guillén Morales, quien pese a no tener la condición de asociado, dio lustre a la actividad periodística, en las décadas pasadas, seguramente fueron parte protagónica de los hechos noticiosos que hicieron historia en la ciudad, la provincia, el país y el mundo.
 
JENNY PORTALANZA ARMAS, socia que destacó en varios directorios del Colegio de Periodistas. Tan culta como locuaz dejó su huella indeleble a su paso por los diferentes medios en los que colaboró y no claudicó sino hasta que su salud sufrió el quebranto que terminó con su existencia.
 
DOCTOR MILTON SERRANO VALENCIA, un adelantado a su tiempo. Visionario y emprendedor que hizo de su pasión periodística un proyecto de vida constituyéndose en el pionero regional de la señal de televisión por cable, con canal y programaciones propias, un verdadero hito en el periodismo televisivo local.
 
EULOGIO “CHIQUITITO” SERRANO CAÑARTE, un gigante apasionado por la actividad periodística, destacó y por mucho, en el ámbito deportivo, consolidándose desde los micrófonos de emisoras como Radio Superior. En la dirigencia gremial fue esforzado y constante luchador, hasta las últimas consecuencias, llegando a ocupar la presidencia del Círculo de Periodistas Deportivos del Ecuador. Nunca desmayó en su incesante afán por hacer opinión pública, desde sus conocidas trincheras.
 
MARTHO GUILLÉN MORALES, en un acto de estricta justicia el Colegio de Periodistas y Comunicadores de El Oro ha considerado oportuno incluirlo merced a su larga trayectoria comunicacional, El compadre Martho, como muchos lo conocíamos era dueño de una virtud única a la hora de recabar la información al hacer uso del casi desaparecido sistema de la pluma y el papel.
 
A ellos, a los colegas que se nos adelantaron en el tramo final de la vida, hoy que los recordamos queremos decirles que mientras el tiempo transcurre inexorable, vamos diciendo adiós, despidiéndonos de alguna manera de aquellos que han caminado en paralelo con nosotros. Porque la muerte es irreverente, no respeta, ella sigue su camino, con lógica propia e incomprensible para los mortales.
 
Pero hay algo que la muerte no sabe y es que no podrá jamás llevarse consigo los afectos, las emociones, las experiencias vividas, LAS IDEAS, LAS PALABRAS. Sin saberlo quizá, la irracional parca debe ser una perdedora que nunca logrará arrancar del todo y de nuestras vidas a aquellos que dejan un buen recuerdo, porque como decía Galeano recordar viene del latín re-corderis, que no es más que volver a pasar por el corazón.
 
Ellos, nuestros colegas, amigos y familiares que partieron en tiempos de pandemia, en muchos de los casos, no tuvieron un adiós justo, solidario; por ello reiteramos nuestro respeto a su memoria.

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