En las últimas décadas, un fenómeno alarmante ha ido ganando terreno en el ámbito de la salud pública: la resistencia antimicrobiana (RAM). A medida que los antibióticos pierden su efectividad, el futuro de la salud mundial se torna incierto. Estudios recientes advierten que, sin acciones decisivas, la RAM podría provocar más de 39 millones de muertes para 2050, superando incluso las cifras de cáncer.
Desde la Agencia Nacional de Regulación, Control y Vigilancia Sanitaria (Arcsa), en coordinación con gremios y aliados estratégicos en salud pública, ha lanzado la campaña “Tómalo en Serio, la Receta se Respeta”, con el objetivo de concienciar a la población sobre el uso responsable de antibióticos.
La iniciativa se basa en tres ejes fundamentales: evitar el cambio de recetas, combatir la automedicación y, sobre todo, completar los tratamientos prescritos por los médicos.
Para la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la resistencia antimicrobiana (RAM) una de las principales amenazas para la salud pública, ya que limita la capacidad de tratar infecciones y prevé millones de muertes en el futuro si no se controlan sus factores.
Según la científica Gisela Robles, investigadora en carga global de enfermedad y resistencia a los antimicrobianos en el Big Data Institute de la Universidad de Oxford en Reino Unido, la situación es crítica. “Entre 1990 y 2021, más de un millón de personas murieron anualmente debido a infecciones resistentes, y las proyecciones indican que esta cifra podría incrementarse a casi 1,9 millones anuales en los próximos años”. Los grupos más vulnerables son los niños menores de cinco años y los adultos mayores de 70, quienes se ven expuestos constantemente a patógenos resistentes en entornos hospitalarios.
La resistencia antimicrobiana es una batalla que se libra en varios frentes, y su combate requiere el compromiso de toda la sociedad. Arcsa, hace un llamado a la acción conjunta, invitando a la ciudadanía y al sector salud a unirse en la lucha contra esta amenaza creciente. Solo con esfuerzos coordinados se podrá proteger la salud de todos y evitar una crisis de salud pública sin precedentes.
La RAM no es solo un problema del presente; es una sombra que amenaza con extenderse si no se toman medidas ahora. En este contexto, la educación, la sensibilización y la conciencia son nuestras mejores armas. La lucha contra la resistencia antimicrobiana es un reto que debemos enfrentar juntos, por el bien de nuestra salud y la de las futuras generaciones.