Hoy se conmemora el Día Mundial del Sida 2024

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Se puede poner fin al sida si los derechos de todas las personas están protegidos. Con los derechos humanos en el centro y las comunidades a la cabeza, se puede poner fin al sida como amenaza de salud pública de aquí a 2030.

El 1 de diciembre la OMS se une a sus asociados y comunidades para celebrar el Día Mundial del Sida 2024. Con el lema «Emprendamos la senda de los derechos: Mi salud, mi derecho», la OMS apela a mandatarios y ciudadanos de todo el mundo a defender el derecho a la salud subsanando las desigualdades que entorpecen los progresos hacia el fin del sida.

  • Se calcula que en 2023 había 39,9 millones de personas con VIH en todo el mundo
  • Unas 630 000 personas murieron por causas relacionadas con el VIH en 2023
  • Se estima que 1,3 millones de personas contrajeron el VIH en 2023

Todas las personas deberían tener acceso a los servicios de salud que necesitan, en el momento y lugar en que los necesiten, incluidos los servicios de prevención, tratamiento y atención del VIH. Proteger los derechos significa garantizar que todas las personas tengan acceso a la atención de salud, sin discriminación alguna e independientemente de su estado serológico con respecto al VIH, antecedentes, género o lugar de residencia.

Empoderar a las personas dándoles acceso a herramientas de prevención del VIH, formación y servicios conexos contribuye a proteger su salud y sus derechos. La igualdad de acceso a la prevención es crucial para evitar nuevas infecciones.

La estigmatización y la discriminación socavan la lucha contra el sida. Proteger los derechos humanos es esencial para lograr la universalidad de la atención del VIH y acabar con los obstáculos al acceso.

Dar prioridad a poblaciones clave, vulnerables y marginadas y conseguir llegar a ellas

Poner fin al sida requiere dar prioridad a todas las personas con VIH, en riesgo de contraerlo o de verse afectadas por el virus, y colaborar con ellas, en particular las poblaciones vulnerables y marginadas (niños, hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, personas transgénero, consumidores de drogas inyectables, trabajadores sexuales y personas recluidas en centros de internamiento, así como sus parejas). Ello es esencial para garantizar una respuesta eficaz y duradera al VIH que respete el derecho a la salud.

Promover acceso a tratamientos vitales para lograr la supresión de la carga viral del VIH

Con un diagnóstico temprano y tratamiento antirretrovírico ininterrumpido, las personas con VIH pueden vivir mucho tiempo y gozar de buena salud, al igual que las personas VIH-negativas. Si se acata el tratamiento antirretrovírico prescito, es posible llegar a una carga vírica indetectable y mantenerse en ella, lo que significa un riesgo nulo de transmisión, empodera a las personas y protege a las comunidades.

Progresos hacia un futuro sin sida

Al proteger el derecho a la salud de todas las personas y reducir el número de nuevas infecciones, podemos lograr una generación sin sida y garantizar la sostenibilidad de la respuesta al VIH.

VIH/SIDA

Sinopsis

El virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) provoca una infección que ataca el sistema inmunitario del cuerpo, en particular los leucocitos CD4. El VIH destruye esas células y con ello debilita el sistema inmunitario de una persona contra infecciones tales como la tuberculosis y algunos tipos de cáncer.

La OMS recomienda que toda persona en riesgo de infección por VIH tenga acceso a pruebas de detección. Las personas infectadas por el VIH deberían recibir terapia antirretrovírica tan pronto como fuera posible tras el diagnóstico. Si se sigue rigurosamente, este tratamiento previene la transmisión del VIH a otras personas.

Si el recuento de células CD4 de una persona es inferior a 200, su sistema inmunitario está gravemente comprometido y la persona es más susceptible a las infecciones. Se considera que una persona con un recuento de células CD4 inferior a 200 tiene sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida).

El VIH se puede diagnosticar mediante pruebas de diagnóstico rápidas,  sencillas y asequibles, así como por autoanálisis. Es importante que los servicios de detección del VIH observen los criterios de consentimiento, confidencialidad, asesoramiento, resultados correctos, y vinculación del tratamiento con otros servicios.

Síntomas

Muchas personas no experimentan síntomas en los primeros meses tras la infección, y pueden ignorar que están infectadas. Otras pueden tener síntomas de tipo gripal tales como fiebre, cefalea, erupción y anginas. Sin embargo, en esos primeros meses el virus tiene su mayor capacidad de infección.

A medida que la enfermedad avanza, los síntomas se hacen más amplios y pronunciados. Pueden incluir inflamación de los ganglios linfáticos, pérdida de peso, fiebre, diarrea y tos. El VIH debilita la capacidad del cuerpo para luchar contra otras infecciones, y si no se trata oportunamente las personas se vuelven más susceptibles a otras enfermedades graves, entre ellas la tuberculosis, la meningitis criptocócica, las infecciones bacterianas y algunos tipos de cáncer, por ejemplo, linfoma y sarcoma de Kaposi.

Para el diagnóstico del VIH se utilizan pruebas rápidas que se pueden realizar en casa y arrojan resultados el mismo día, si bien se requieren pruebas de laboratorio para confirmar la infección. Esta detección temprana mejora enormemente las opciones terapéuticas y reduce el riesgo de transmisión a otras personas, por ejemplo, las parejas sexuales y las personas con las que comparten jeringuillas.

Tratamiento

La infección con el VIH es totalmente prevenible. La terapia antirretrovírica eficaz previene la transmisión de la madre al niño durante el embarazo, el parto y la lactancia. Una persona en terapia antirretrovírica y con carga vírica suprimida no transmitirá el VIH a sus parejas sexuales.

Los preservativos previenen la infección con el VIH y otras infecciones de transmisión sexual, y la profilaxis recurre a medicamentos antirretrovíricos para prevenir la infección con el VIH. En los países de África oriental y meridional con alta carga de morbilidad se recomienda la circuncisión masculina. La reducción del daño (programas de distribución de jeringuillas y agujas y tratamientos de sustitución de opioides) previene la infección con el VIH y otras infecciones de transmisión sanguínea en las personas que consumen drogas inyectables.

El VIH se trata con terapia antirretrovírica consistente en la administración de uno o más medicamentos. La terapia antirretrovírica no cura la infección con el VIH, pero frena su replicación en la sangre y, de ese modo, reduce la carga viral a un nivel no detectable.

La terapia antirretrovírica permite que las personas infectadas con el VIH tengan vidas sanas y productivas. Además, previene eficazmente la infección y reduce en un 96% el riesgo de transmisión.

La terapia antirretrovírica se debe administrar diariamente durante toda la vida de la persona. Las personas pueden continuar con la terapia  antirretrovírica segura y eficaz si observan el tratamiento. Si la terapia antirretrovírica se volviera ineficaz debido a motivos tales como la pérdida de contacto con los dispensadores de atención de salud o la falta de fármacos, las personas deberían tomar otros medicamentos para proteger su salud.

ITD: https://www.who.int/es/campaigns/world-aids-day/2024

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