La calle 9 de Mayo, calle histórica de Machala

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La calle 9 de Mayo no puede ser objeto de ninguna interferencia en su movilidad; y, sus espacios, aceras y edificaciones, deben guardar armonía con las disposiciones de la Ordenanza que la Municipalidad de Machala dicte al respecto DECLARÁNDOLA CALLE HISTÓRICA; Debe recuperarse y reinstalarse, en sitio apropiado de esta calle, la columna y/o el monumento al héroe local el machaleño General Manuel Serrano Renda, líder del movimiento y de la batalla de las Pampas de Pilo, ocurrida el 9 de mayo de 1895.

Es un estudio y propuesta del escritor y jurista machaleño, Nécker Franco Maldonado

La historia de la ciudad de Machala, como la historia de todas las ciudades, tiene mucha relación con los nombres de sus calles, históricos unos y legendarios otros; empero, también hay falaces y por ello la importancia que reviste al establecer la nomenclatura de una ciudad con un procedimiento riguroso de méritos por esta simbiosis que se produce entre el hombre y la ciudad.

La calle 9 de Mayo antiguamente se denominó como calle Municipalidad, atraviesa la ciudad de sur a norte, precisamente, desde las históricas Pampas de Pilo, antes de la circunvalación sur e inicia una recta de 3.700 metros que pasa por la «Cuadricula Central» de la ciudad que forman las calles: 25 de Junio, Guayas, Rocafuerte y 9 de Mayo, el exacto corazón de la ciudad, la Plaza Central, que sirvió de referente para formar las cuadrículas o retículas de norte-sur y de este-oeste, siguiendo la estructura de las ciudades formadas en América por los españoles, como lo analiza José Miguel Morales Folguera en su libro: «La Construcción de la Utopía».

La calle 9 de Mayo continúa de largo hasta llegar a la circunvalación norte, donde al momento muere.

Fue la única calle de Machala que a izquierda y derecha, formando un exacto corredor tenía
unas bellas, gigantes y señoriales palmeras (su nombre científico: Real morada gigante), posiblemente sembradas desde 1916 y que además fueron ubicadas en la Plaza de la lndependencia, hoy Parque Juan Montalvo, así como también frente al viejo edificio del Hospital Teófilo Dávila y en el pequeño parque inicial del legendario Colegio Nacional Nueve
de Octubre. Estas palmeras fueron donadas a la ciudad por don David Rodas Cuervo, y las de la calle 9 de Mayo desaparecieron en la administración municipal de los años 1972- 1973.

Por ello, a Machala se le denominó como: «La ciudad de las Palmeras», se dice que esta fue
una grata ocurrencia del Alcalde Luis Ángel León Román (1950- 1953).

El poeta de la ciudad, Kléber Franco Cruz, nació y vivió hasta su muerte en la calle 9 de Mayo, junto a las palmeras, y por ello en un pequeño poema que titula «Barrio Mío», la dedica estos versos:

Tus palmeras orgullosas
flotando verdes al viento
i tus negras golondrinas
volando por tus esquinas
dulcifican el aliento,
i por mis amplias ventanas
recuerdo aquellas mañanas
de aguaceros y de soles
i un celaje de arreboles
mecido al aura i al viento.

¿Por qué es le cambió el nombre de Municipalidad a la calle por el de 9 de Mayo?

Sencillamente, por la Batalla o el Combate realizado en las Pampas de Pilo, el 8 de mayo de
1895, el mismo que se prolonga por más de 12 de horas hasta la mañana del día siguiente 9 de mayo de 1895, cuando se suscribe una Acta de Capitulación de las entonces fuerzas gobiernistas. Según el parte de guerra se suman en total, en los dos bandos: 15 muertos y 17 heridos.

Los contendientes: Los «Montoneros» iniciales de la causa liberal salidos de las haciendas de nuestro agro, así como de nuestros pueblos de: Machala, Guabo, Pasaje, Buenavista y Santa Rosa, liderados por ese gran machaleño, Manuel Serrano Renda, vinculado a las guardias nacionales desde 1881.

De esa manera, desde el sur del Ecuador, se reinvindicaba la «Dignidad Nacional» del Ecuador, ante la infame venta de la bandera que el entonces gobierno nacional presidido por Luis Cordero, había realizado a favor de Chile, en el crucero Esmeralda.

En el norte y en el centro del país los alzamientos no prosperaron y en Babahoyo el General
Bowen había sido derrotado.

En estas circunstancias se dio esta batalla y empieza a erigirse un hombre y un mito: Manuel Serrano Renda, el que luego al mando de la División del Sur derrota al mismísimo Coronel Vega Muñoz y se toma Cuenca, el 23 de agosto de 1895, así llega a General de la República, proclamado en el campo de batalla.

En Machala, en nuestra ciudad, en la que se fue instaurando un foco del liberalismo radical, es donde se da el CAMPANAZO inicial para que el 5 de junio de 1895, se inicie la Revolución
Liberal liderada por el viejo Luchador Eloy Alfaro y que tuviera vigencia en nuestro país durante 16 años, así como cambiara las viejas estructuras de nuestra República.

En años recientes un acucioso amigo e historiador orense, localiza el informe que el propio General Manuel Serrano Renda, cinco meses y seis días después del Combate de las Pampas de Pilo, esto es, el 15 de octubre de 1895, le dirige al Ministro de Guerra; y, en este documento, se develan datos, escenarios y tiempos más precisos que en el insuficiente parte de guerra del 9 de mayo de 1895, el único referente del que habían dispuesto los historiadores locales y nacionales, hasta entonces.

Por ello, hoy conocemos que la «mayor parte» de los cincuenta hombres que atravesaban las Pampas de Pilo y que habían desembarcado del vapor Sucre en el puerto de Pilo, para reforzar a las guardias nacionales de la Plaza de Machala, fueron vencidos a machete limpio, afilados a mollejón (RAE: piedra de amolar, redonda y colocada en un eje horizontal sobre una artesa en agua…) por los hombres locales de la Columna Alhajuela, los que al parecer, sorprendieron o emboscaron a los soldados gobiernistas, cuando entraba la noche y, además, con mejor conocimiento del terreno. El combate fue muy sangriento y duró una hora, se tomaron prisioneros y las piezas de artillería que venían en una carreta, según la propia versión del General Manual Serrano.

Es decir, una auténtica batalla, con todos sus factores en juego y que nos acuerda la frase lapidaria del escritor ecuatoriano Alfredo Pareja Diezcanseco: «toda la historia de mi país es
una historia de dolor».

De paso, hay ingenuos que creen que las batallas se miden por la cantidad de muertos, lo que no tiene ningún asidero, ni sentido.

Por este hecho, que brevemente he narrado, es que el cabildo machaleño debe haber cambiado al nombre de la calle Municipalidad por la de 9 de Mayo; no conozco, sinceramente, sus detalles, pero de lo que si estoy plenamente seguro es de que este singular hecho histórico, en rescate de la DIGNIDAD Y SOBERANÍA nacional, protagonizado por los hijos de esta ciudad y provincia, merecen que esta fecha sea eternamente recordada y perennizada en una de sus calles.

El poeta de la ciudad: Kléber Franco Cruz, le canta a esta épica batalla en el siguiente poema:

ODA AL 9 DE MAYO
(Grnl. Manuel Serrano Renda)

Es más grande la dimensión de la hazaña,
yo dicto mi silencio para que hable el pasado,
para hablar al presente con plenitud del alma,
y el futuro se anuncia con la verdad más diáfana.

El General Serrano,
el bravo general no admite más cadenas,
y traspasa la noche al filo del machete,
y el pregón del fusil.

Habrá la perdida huella de carros y berlinas,
en el vocablo monocorde de las cuerdas,
dictará su canción de sangre,
la misma noche oscura,
con un pincel de lucero,
en la salina pampa.

Una flor de sangre en la cabeza,
un amuleto de hueso,
el magro tatuaje de la pólvora
hablará más hondo: ¡la libertad!.

La celebración cívica del 9 de Mayo

Por lo antes expuesto es que la celebración del 9 de Mayo era una verdadera «Fiesta popular», en la que se conmemoraba el triunfo de los «locaIes» sobre los «extraños» oficialistas y conservadores. Era una mezcla de sentimientos, una bella simbiosis, que tuve personalmente la oportunidad de vivirla, muchas veces, porque también nací en la calle 9 de Mayo intersección con la calle Bolívar, en la antigua casa de la familia Franco, aún erguida y desafiando al tiempo. De muchacho, era uno más del montón de machaleños que con alegría y arrebujadamente nos dirigíamos hacia la columna del 9 de Mayo, en la que se destacaba el busto del General Manuel Serrano Renda, en los bajos, recuerdo, había una placa conmemorativa, hoy todo ello se ha perdido. Fui leal espectador de lo formal e informal de esta, para mí, la más grande celebración que tenía la ciudad, en donde se ubica el verdadero corazón de Machala y en la que aún perduran familias tradicionales como: Correa, Ramos, Alonso, Chalén, Quimí, Cevallos, Mendoza, Morán, Solano, Freire, Morocho, Orellana, Vásconez, Ibáñez, Echeverría, Barrezueta, Valdiviezo, Montalvo, Bravo, Lambert, Lascano, etc. etc.

Todo empezaba el 7 de mayo con el desfile nocturno de antorchas. Continuaba con la elección de la Reina y se desarrollaba una primera programación. Al día siguiente había juegos de todo tipo, con banda de pueblo incluida y mucha bulla en la ciudad, que empezaba a engalanarse.

El día 9: salvas y dianas. Hasta hace unos cuantos años el más hábil de mis hermanos junto a otros jóvenes intrépidos del BARRIO 9 DE MAYO, manipulaban un cañoncito que permanecía en el sector y ya solo hacía fogueo, así como debe haber revestido mucho peligro. Se debe haber tratado del cañoncito marca Krupp que fuera arrebatado a la soldadesca que invadió nuestra ciudad al 8 de mayo de 1895 y que sucumbiera ante la bravura de los machaleños y orenses que pelearon por un ideal. No nos olvidemos que «el hombre es hijo de su época», como lo decía el cura-historiador Ricardo Loor, que la CIENCIA DEL TIEMPO o la historia debe ser apreciada y medida en su tiempo y en sus circunstancias, lo que modernamente Paul Ricoeur denomina: «la distancia temporal y la muerte en historia».

El Municipio de Machala debe tratar de recuperar esta pieza y ubicarla en un Museo que se organice para al efecto, como lo mencionaremos más adelante.

Esta fiesta popular y de la ciudad culminaba con la parte formal: Desfile de escuelas, colegios, autoridades y los consabidos dirigentes liberales. En el monumento había el discurso de orden o conmemorativo y, luego, al baile final. ¡Una hermosa fiesta! que debe haber requerido de un enorme esfuerzo de parte de la Asociación Patriótica «9 de Mayo» (1922), como luego, del Comité del Barrio, que funcionaron en distintos momentos.

Tengo en mi retina grabado desde niño el rostro da una mujer menudita y de ojos vivaces que era el eje de estas festividades: Nieves Mendoza Mendoza, toda una lideresa, a la que no la arredraba nada. Tronco de una familia noble y numerosa de nuestro barrio, a la que ahora cubre el manto del olvido.

El Dr. Mauro Madero M., ilustre módico machaleño escribió en 1934 un libro sobre la Provincia de El Oro y cuando se refiere al 9 de Mayo, dice lo siguiente: «Esta es la fecha que los orenses celebran como su fiesta cívica predilecta».

Por otra parte, el 24 de mayo de 2022 se cumple el BICENTENARIO o los 200 años de la Independencia de nuestra República y es menester que el Cabildo machaleño establezca una programación mínima de festejos de esta importante celebración que se llevará a cabo en cada una de las ciudades del país y, dentro de ello, pueda incorporarse el trato especial que debe tener la calle 9 de Mayo, la que debe alcanzar la categoría o el estatus de PATRIMONIO HISTÓRICO de la ciudad de Machala y del Ecuador.

Por lo tanto, debemos aportar, madurar y mejorar algunas ideas alrededor del tema, ahora expuestas como sugerencias y de manera concreta:

  1. La calle 9 de Mayo no puede ser objeto de ninguna interferencia en su movilidad; y, sus espacios, aceras y edificaciones, deben guardar armonía con las disposiciones de la Ordenanza que la Municipalidad de Machala dicte al respecto DECLARÁNDOLA CALLE HISTÓRICA;
  2. Debe recuperarse y reinstalarse, en sitio apropiado de esta calle, la columna y/o el monumento al héroe local el machaleño General Manuel Serrano Renda, líder del movimiento y de la batalla de las Pampas de Pilo, ocurrida el 9 de mayo de 1895;
  3. A lo largo de la calle 9 de Mayo, en sus veredas o en las esquinas de cada bocacalle, establecer: ESTACIONES y/o PLACAS Conmemorativas, con los nombres de los personajes ilustres que intervinieron en estos acontecimientos, así como también hacer ostensible nombres de ciudadanos destacados de la ciudad de Machala y de la Provincia de El Oro;
  4. Destacar el monumento del BICENTENARIO, en el que figure el Mariscal Antonio José de Sucre, el mismo que recuerde su paso de cuatro (4) días por la ciudad de Machala, cuyo comienzo se diera el 22 de enero de 1822, con rumbo y decisión para otorgarnos la libertad en la Batalla del Pichincha el 24 de Mayo de 1822;
  5. En el edificio de la Municipalidad de Machala, en la pared alta que da hacia la calle 25 de
    Junio, contigua a la que contiene el escudo de la ciudad, hacer constar en una verdadera
    sinfonía o lenguaje de colores, el Himno popular de la ciudad: «Machala, Amor y Esperanza»; para el efecto, los colores representarán a las letras y el ciudadano o al turista, en su correspondiente cartilla, armará o identificará el poema completo del poeta
    de la ciudad: Kléber Franco Cruz, en una interacción lúdica y de originalidad y belleza, que lleva la intención de memorizar y universalizar nuestro insigne canto local;
  6. A lo largo de la calle 9 de Mayo, se deberían organizar Museos o Casas Museos. En una clasificación ejemplificativa, no taxativa, se sugiere:
    a) HISTÓRICO N° 1: Que recoja todo lo material e intangible, relativo al Movimiento y a la Batalla de Pilo de 1895.
    b) HISTÓRICO N° 2: Que recoja todo lo material e inmaterial sobre la guerra infame de 1941, así como se graque el empuje y al tesón del machaleño y orense, para desarrollar a sus respectivas colectividades, frente a las adversidades sufridas.
    c) FERROVIARIO: Que recoja nuestra identidad ferroviaria de tantos años y exhiba la Locomotora N° 8, símbolo indiscutible de nuestra historia local y nacional.
    d) AGRÍCOLA: Que recoja la evolución de nuestra riqueza agrícola, en todos sus órdenes.
    e) HISTORIA NATURAL: Que recoja esta vieja historia: Pre-Incásica, Colonial y actual.
    f) ARQUEOLOGÍA: Qua recoja, principalmente, todo lo relativo a la CULTURA JAMBELÍ, que representa lo nuestro y que no ha sido estudiada debidamente en nuestro país.
  7. Destacar, de diferente manera, a los dos personajes machaleños que nacieron, vivieron y murieron en la calle 9 de Mayo y cuyos nombres enaltecen a la ciudad de Machala; y, que, por ello, deben perdurar como ejemplos luminosos y visibles en nuestro medio: Luz
    Victoria Ribera de Mora y Kléber Franco Cruz; y,
  8. Otros escenarios para convertirla en una RUTA CULTURAL Y TURÍSTICA, de lo que Machala carece.

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