

Cobertura de Pedro Manuel Román
“Me sentía impotente, lloraban mis hijos y yo, gritamos, pero con el inmenso estruendo y crecida del río y nosotros en medio del peligro, nadie nos escuchaba, tampoco había energía eléctrica, sin señal de celular; pero tenía mucha fe y me sabía controlar a ratos, en medio de la angustia por 45 minutos, rezaba y rezaba y en esos segundos me acordé de mi tío, que falleció justamente en este mismo día, recé y recé y le imploré a mi tío que nos salve y no nos pasó nada”, narró Milena Teresa Jaramillo Freire, quien sufrió esta tragedia en el barrio el Trapiche de la parroquia El Rosario del cantón Chaguarpamba, provincia de Loja,quien se salvó junto a sus dos hijos menores de edad, la noche del sábado 18 de febrero de 2023, cuando se desbordó el río Ambocas, en el límite de El Oro con Loja.
Milena Jaramillo, dijo que en ese día fue como una noche normal, estábamos merendando, tranquilos, terminamos todo. La tía de mi marido, nos pega un silbido para alertarnos y no escuchábamos bonito lo que nos llamaba, porque recién hicimos unas paredes en mi casa; pero logré escuchar que me decía que el puente de Ambocas había rebotado, entonces nunca pensamos, ni creímos que iba a crecer tanto, como sucedió.
Sabíamos que siempre crecía, entonces yo solo revisaba que no se pase el río cuando en eso grabé yo unos vídeos, yo ya vi que pasó la acrecentada y se llevó cosas que teníamos, tres motos, los animalitos de la abuelita todos, entonces yo ya me encerré con mis dos bebés, mi niña de 5 añitos y mi niño de 3 añitos en mi dormitorio.
Yo me puse en la ventana que tenía al frente y vi que empezó a subir más el caudal del río Ambocas y con fuerza, se llevó una casa y yo pensaba que se había llevado una señora que habitaba ahí y estaba dormida, yo le pegué un grito y no escuchaba nada y yo me desesperé ahí, porque todas las piedras, escombros y palizadas venían fuerte; entonces cuando vi que ya rebasó el límite y, lo que hice fue coger a mis bebés y con una de mis camisas nos subimos a mi cuarto y lo raro que no estaba lloviendo a eso de las 20h30 más o menos.
El agua ya nos llegó hasta mi cama y subió con fuerza y todas mis cosas se levantaron de una sola y mi hija empezó a gritar, entonces yo le dije que se me calme, yo también lloraba, pero puse fuerzas y me tranquilicé, no sé cómo, pero me subí encima de mis baños, con mis dos hijos, luego se cortó la luz, se cortó todo, hasta la señal de celular.
Al darme cuenta que todo se remecía y fuerte, rompí las tejas del techo de casa, para poder sacar a mis hijos a una parte más alta y los subí uno por uno a la parte de encima de la cubierta de mi casa y al niño más grandecito le dije que esté sentadito y que se cogiera duro, para poderle pasar a mi otro bebé y lo sostenga, igual yo parada los estaba cogiendo a los dos.
Una vez que realicé esta acción, que no se, ni como lo hice, escuché la voz de mi marido, que nos tranquilicemos que ya estaba pasando la acrecentada, y yo lo que hice fue alumbrarle con mi celular, como una señal, para que vea donde nos encontrábamos, porque mi marido con la desesperación, antes se había querido lanzar a vernos; pero si lo hacía se lo llevaba el río.
Una vez que bajó el caudal el río Ambocas, que formó una isla, llegó el esposo con voluntarios, hicieron una cadena humana y rescataron a la señora Milena Jaramillo Freire, con sus dos hijos, quienes perdieron todo, se quedaron en la calle y al momento está albergada donde un familiar en el sitio El Trapiche, donde reciben atención de salud y el apoyo solidario de varias personas.
Es de esperar ahora que instituciones gubernamentales como el MIES y otras, ayuden a esta familia y a los demás que están damnificados; unos se quedaron sin casa, complejos turísticos, electrodomésticos, perdieron sus pertenencias de hogar, vehículos, sus alimentos, sus animalitos como aves, cerdos, bovinos y parte de sus cultivos de ciclo corto que fueron destruidos y no solo los lugares de la provincia de Loja, también en El Oro. Los ríos Ambocas y El Pindo, están en el límite de las dos jurisdicciones donde se ocasionó el desastre natural, por represamiento de la quebrada Granadillo, en el sitio Chunchi, de la parroquia Salatí, cantón Portovelo.