Daniel Noboa, presidente del Ecuador, ha ordenado la «reestructuración institucional» de la Vicepresidencia de la República, pues la única función que tendrá ese organismo será la que desempeñe Verónica Abad en Tel Aviv como «colaboradora para la paz» entre Israel y Palestina.
Mediante el Decreto Ejecutivo número 30 de su período, que fue firmado el viernes 24 de noviembre, el mandatario dispuso que el Ministerio del Trabajo y la Secretaría Nacional de Planificación reestructuren la Vicepresidencia para contribuir en un ahorro en el gasto público.
Previamente, en otro decreto, Noboa estableció que Abad debe estar físicamente en la Embajada de Ecuador en Tel Aviv. La tarea encargada por Noboa a su vicepresidenta no había sido anunciada previamente, pues ella había indicado que trabajaría en asuntos de migración.
La distancia ha marcado las relaciones entre Noboa y Abad. El día de la investidura de ambos, ella optó por no asistir al almuerzo oficial en el Palacio de Carondelet y prefirió comer con vendedoras de un mercado de Quito.
Durante la campaña electoral apenas compartieron actos juntos. Ni siquiera el 15 de octubre, luego de conocer los resultados de la segunda vuelta, se reunieron. Noboa se quedó en su vivienda en Olón, en la provincia de Santa Elena, y ella permaneció en Quito.
Durante ese periodo, Noboa realizó una gira por España, Italia y Estados Unidos donde almorzó con el rey de España, Felipe VI; conversó telefónicamente con el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez; y se reunió con la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.
A su retorno a Ecuador, Abad hizo su propia gira internacional sin previo anuncio, en la que se reunió en Lima con el primer ministro de Perú, Alberto Otárola, y en Madrid con el presidente del partido de ultraderecha Vox, Santiago Abascal, mientras que luego asistió al concurso Miss Universo, en El Salvador, donde tuvo un encuentro con el mandatario Nayib Bukele.