El control en las cárceles en El Oro, Cotopaxi, Loja, Azuay, Cañar, Tungurahua y Esmeraldas fue recuperado por las Fuerzas Armadas.
Durante la noche del 13 de enero y la madrugada del 14, el personal administrativo y los guías penitenciarios retenidos en siete cárceles fueron liberados por elementos de la Policía Nacional y Fuerzas Armadas.
Tras tenerlos a salvo, las fuerzas del orden intervinieron los centros penitenciarios para retomar el control.
Una vez que se puso fin a los motines, en los centros de privación de libertad se izó la Bandera y se cantó el Himno Nacional. Los presos también tuvieron que corear las notas.




















