En sus saludos después del rezo mariano, León XIV expresó su profundo dolor por las tragedias que afectan a distintas partes del mundo, haciendo un llamamiento urgente a la paz, la solidaridad y la acción humanitaria. El Pontífice se refirió especialmente a la situación en Sudán, en la ciudad de El Fasher, ubicada en el Darfur septentrional, donde la población enfrenta violencia indiscriminada contra mujeres y niños, ataques a civiles indefensos y enormes dificultades para la asistencia humanitaria.
El Pontífice pidió al Señor que acoja a los difuntos, sostenga a los que sufren y toque los corazones de los responsables. «Renuevo un sentido llamado a las partes involucradas a un alto el fuego y a la apertura urgente de corredores humanitarios», exclamó e invitó a la comunidad internacional a intervenir con decisión y generosidad, para ofrecer asistencia y apoyar a quienes se esfuerzan por llevar ayuda.





















