Por: P. Vicente Aníbal Romero Peña
Durante mucho tiempo, recuerdo mi adolescencia 1978, siempre escuchaba a nuestro pueblo creyente, historias llenas de fé y vida del Hno Gregorio.
Hoy 40 años después, como sacerdote sigo escuchando historias de fé y vida, de este gran personaje, hombre de Dios.
Esté domingo 19 de octubre, su Santidad el Papa León XIV canonizará al Beato José Gregorio Hernández Cisneros, figura emblemática de la caridad cristiana y de la vocación médica vivida como auténtico apostolado al servicio de los más necesitados. Nacido en Isnotú, Venezuela, el 26 de octubre de 1864, y fallecido el 29 de junio de 1919 a causa de una hemorragia cerebral provocada por un accidente de tránsito, José Gregorio encarna el ideal del discipulado encarnado en la ciencia y la fe.
Su vida representa un paradigma teológico y humanista no sólo para los médicos y profesionales de la salud, sino también para todos aquellos que buscan vivir la fe como praxis transformadora del mundo. En una sociedad marcada por la distopía contemporánea, el consumismo exacerbado y la indiferencia social, el testimonio de José Gregorio Hernández se alza como un signo profético que invita a redescubrir el Evangelio de la alegría y la solidaridad.
Desde una teología de la calle, su ejemplo interpela nuestras rutinas y nos convoca a reconocer en cada enfermo, pobre y excluido el rostro doliente de Cristo. Su vida nos enseña que la fe auténtica no se reduce a un sentimiento interior, sino que se traduce en acciones concretas de misericordia, donde la ciencia médica y la espiritualidad convergen en una misma misión: sanar el cuerpo y el alma.
En medio de las angustias existenciales, la depresión y la tristeza, la figura de José Gregorio nos recuerda que el sufrimiento no tiene la última palabra. La esperanza cristiana emerge como una respuesta escatológica frente al pesimismo materialista, afirmando que otra sociedad más humana, más justa y más fraterna es posible.
El principio utópico de la fe, como afirma la tradición bíblica, no se fundamenta en la evasión del mundo, sino en su transformación desde el Espíritu. Porque, como proclama el Libro del Apocalipsis: “He aquí que hago nuevas todas las cosas” (Ap 21,5).
Así, la vida y obra de San José Gregorio Hernández nos invitan a encarnar un humanismo cristiano integral, donde el servicio, la compasión y la fe sean los pilares de una nueva cultura del encuentro.
Oración
San José Gregorio Hernández Cisneros, enséñanos a descubrir en cada hermano tu presencia santa. Que no excluyamos ni rechacemos a nadie, y que nuestra vocación sea fuente de paz, sanación y esperanza. Concédenos la templanza para sobrellevar las pruebas de la vida y la gracia de servir con alegría y amor. Amén.





















